martes, 9 de noviembre de 2010

Lunes

Esta es la segunda vez en mi vida que escribo mientras viajo en tren.
Creo que la culpa la tiene esta especie de ciclogénesis perfecta, que ha empezado a invadir nuestros cielos desde Galicia.
Y es que estoy melancólica. Y mucho.
Pero no paro de repetirme mentalmente que no puedo escribir demasiado, porque luego mis divagaciones siempre resultan exageradamente largas.

Bueno… ¿Por donde iba? ¡Ah! Si, que vuelvo de la facultad, después de un día más o menos eterno, cargada de trastos materializados en forma de folios, que se reproducen a mi alrededor con más facilidad que las abejas, plenamente sumida en la melancolía.
Y hacía mucho que no experimentaba esta sensación de ingravidez mental. Y me fastidia.

Mi día, que apuntaba maneras desde el principio, para acabar conmigo inmersa en este estado tan característicamente gris, ha empezado como todos los malos días: con un madrugón acompañado de una sensación de odio profundo, hacia la persona ingrata que inventó el despertador y con una sensación de malestar general que me invadía plenamente.

Superado el malestar del momento, el día se encaminó levemente con una sesión de trabajo en grupo con mis mejores amigas (encuentro con mi cuñada, si me permite llamarla así, incluido) y con un buen desayuno… Pero el desayuno fue algo más que eso…fue el comienzo del que será recordado como: un lunes “romántico”…y no precisamente porque le haya protagonizado yo (de hecho, una pila de clases obligatorias nos lo impedían…) sino porque hoy, todo el mundo parecía repleto de amor.

Una de mis amigas se ha enamorado. Mucho, mucho, mucho. Y me ha contado su maravillosa vida mientras desayunábamos…la pobre no sabía cuando me lo contaba, que acabaría convirtiéndose en una de las protagonistas de mi blog, pero no he podido evitarlo…de modo que si llegas a leerlo, querida amiga con la que compartí mi desayuno, espero tener tu aprobación y tu indulgencia.
Se ha enamorado. Apenas dos semanas, separan su estado de euforia actual, de su anterior estado de “tristeza profunda, a ratos” (Querida amiga, espero haber definido con exactitud, tu anterior estado de ánimo... con las cosas del amor, nunca se sabe, son difíciles).

Pero dejémonos de pasado, lo único real ahora, es que su amor ha sido fulminante… como los rayos que al golpearte te producen una lesión llamada fulguración. Una marca eléctrica en el corazón. Y ahora electrocutada de amor, paseará por las calles de la Ciudad Eterna este fin de semana, mientras proclama sin temor, que adora e idolatra cada una de las células que forman el cuerpo, de su nuevo y definitivo amor.

Él, adorable donde los haya, que para algo le conozco y doy fe de que parece buen niño, ya le ha presentado a sus padres, y juntos se han medio casado por un rito parecido al del “Post-it” de Anatomía de Grey… (para los que no veis la serie, es algo así como escribir mutuamente: “Me caso contigo” “Y yo contigo” e idolatrar y enmarcar el post-it, dejando que presida la cabecera de tu cama de por vida, como voto matrimonial, mucho mas certero que el pudiera pronunciar un sacerdote). Y así, ella está completamente feliz con él, él con ella, y yo con ambos. La felicidad estaba desde mi desayuno, en el ambiente.

Pero es que hoy, ha sido un día de romances. Tanto, que me han contado una historia preciosa, acerca de unos anillos, que fundidos expresamente en un país oriental, con una aleación imposible de realizar en cualquier otra parte… fueron encargados precisamente para sellar el amor de dos personas, que aunque luego continuarán o no, al menos compartieron momentos importantes de su vida juntos.

Pero el amor seguía flotando por los pasillos de Medicina, en todas las formas posibles… hoy a un amigo mío, le ha acompañado su novia a la facultad, y han compartido todo el amor posible, bastante diría yo, aunque él me niegue que los acontecimientos hayan sucedido tal cual los he narrado... ¿Pero qué importa? ¿Acaso es pecado? El amor estaba en todas partes y continuó manifestándose con el mensaje (casi providencial) del “Novio” del grupo por excelencia, viniendo a rescatar a nuestra “Novia” del grupo por excelencia, de una tarde de perros, con viento, lluvia y frío. Y para finalizar con esta amorosa jornada, mi novio me llamó monísimo, para preocuparse por mi estado actual tras un día de avatares universitarios.

Pero el Amor ha decidido manifestarse hoy también de otras maneras, (del mismo modo que un post-it puede servir para sellar un romance o para que te dejen…) así que hemos visto de todo un poco: un novio que ha desaparecido del mapa o al que han olvidado presentarle el teléfono móvil, una amiga destrozada por un hombre indeciso, que apenas puede poner la radio sin empezar a llorar…y unas amigas debatiendo sobre la verdadera naturaleza de amor. Y de la competición, también ¿no? pero bueno, eso es otro tema…

El tren está llegando ya a mi estación, debo cerrar mi cuaderno justo en este punto si quiero encontrar dentro de esta enorme cueva que es mi bolso, el abono transportes para salir.

He llegado a casa…definitivamente era el día del amor, me he cruzado con un apuesto chico portando un ramo de flores, puede que para su novia…en cuanto a mi, la melancolía se me esta curando a golpe de calefacción y de pijama, elemento de mi vestuario con el que mantengo mi romance mas estable… Me apetece un tazón de Cola-Cao y leche caliente y quizás una de esas magdalenas que llevan trocitos de chocolate por dentro… ¿Y a vosotros? ¿No os apetece algo así? ¿Ha sido vuestro lunes igual de interesante?

Feliz Semana. Ruth.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado tu relato, me lo he leido todo!!!
    Tienes una forma muy especial de escribir...

    Besotes

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  2. Buenos Días!!
    Redactas muy bien...muy buen post!!
    Bss

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  3. Inmejorable, llegarás lejos, lo sé. No sabía yo que un simple comentario sobre lo q es una oposición para alguien podría llegar a ser tema de debate entre personas, jeje. Aún así, gracias por escribir así!!!

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